La directiva europea sobre la distribución de seguros (IDD, por sus siglas en inglés) es insuficiente y no ha llegado a tiempo en España. La norma europea, de 2016, entró en vigor en España el pasado febrero, justo antes de la declaración del estado de alarma como consecuencia de la pandemia del Covid-19 que catalizó los cambios que ya se venían gestando en el sector, al que transforma en un ecosistema omnicanal totalmente digital. Sin embargo, la norma se ha quedado corta y no ha conseguido sentar las bases para regular el mundo online que ha dejado el coronavirus y que ha llegado para quedarse.

Así lo han valorado los especialistas del sector en un desayuno híbrido, presencial y telemático, organizado por CincoDías y KPMG bajo el título de El impacto de la IDD en el modelo de distribución de seguros en España, para analizar el escenario en el que se debe mover el sector de los seguros tras la trasposición de la directiva europea. El propósito principal de la IDD, que aún debe convalidarse en el Congreso de los Diputados, es proteger a los consumidores de seguros al establecer mayor transparencia e información. Sin embargo, no se adapta al nivel de digitalización actual al que han llegado el sector y la sociedad.

“La normativa se proyecta sobre un contexto de mercado totalmente distinto, el ecosistema de competidores es mucho más complejo y da la sensación de que la regulación va por detrás de la evolución del negocio”, explica Francisco Uría, socio responsable del sector financiero para KPMG EMA, socio principal de KPMG Abogados y moderador del encuentro.

Los expertos opinan que la IDD no aporta avances relevantes en el terreno de juego de los seguros. Desde que se comenzó a debatir el primer borrador en 2016 hasta ahora, todo ha cambiado. Así lo indica Daniel López Rodríguez, responsable de la asesoría jurídica corporativa de VidaCaixa. “La ley se ha traspuesto como se ha podido y hemos sido los últimos en Europa en incorporarla”, recuerda el abogado, que asegura algo compartido por todos los presentes en el encuentro: “La regulación se ha quedado algo corta si la comparamos con la realidad y el Covid no ha hecho más que evidenciarlo”. La norma, según López, “llega cuatro años tarde”. “Para acompañar el proceso de digitalización del sector necesitamos una IDD más moderna y ajustes en la ley del contrato de seguro, que supone un freno a procesos de innovación en el sector”, añade.

Pilar Galán, directora en el área de servicios financieros de KPMG Abogados, con experiencia en procesos de implantación regulatoria, explica que “cuando la IDD se empezó a fraguar estaba ideada para regular un mundo digital menos desarrollado que el de 2020, por eso la norma se ha quedado atrás”. Según Galán, la ley introduce algunas pautas para la distribución online pero ninguna que regule la experiencia del cliente en un mundo enteramente digital.

“La normativa ha nacido desfasada”, abunda Óscar Merino, director de la asesoría jurídica de seguros y previsión de Santander España y secretario del consejo de administración de Santander Seguros. “El compendio de obligaciones que incluye la norma no tienen sentido en un mundo donde prima la inmediatez”, añade. Los expertos señalan la importancia de encontrar un principio de proporcionalidad para aquellas coberturas que nacen para adaptarse a la realidad concreta del consumidor en un momento puntual (como el seguro que cubre el viaje de unos minutos en bicicleta eléctrica pública) y que no requieren tal exceso de regulación. “Necesitamos una evolución normativa en ámbitos muy diversos”, apostilla el abogado de VidaCaixa.

Nuevos competidores

La IDD reconoce la presencia de los nuevos actores tecnológicos. Son las insurtech –startups que utilizan la tecnología para crear nuevas formas de ofrecer seguros al cliente– y las big tech –grandes compañías tecnológicas globalizadas como Google, Amazon, Facebook y Apple que comienzan a introducirse en el sector–.

“Los nuevos jugadores representan desafíos diferentes, las insurtech han llegado para colaborar, pero las big tech tienen una capacidad disruptiva más potente”, afirma López, que pone un ejemplo: Google acaba de anunciar que se asociará con una reaseguradora para ofrecer seguros de salud. “Ahí puede estar el reto, la competencia y el cambio”, expone. Carlos Falcón, director general de Ibercaja Mediación de Seguros, por su parte, va más allá: “Si las insurtech modifican el tablero de juego en el mundo, las big tech lo vuelcan boca abajo”, afirma.

“Estamos asistiendo al nacimiento de compañías aseguradoras, distribuidoras y grandes operadores digitales que deberían estar reguladas por las mismas reglas”, comenta Merino, que añade que “la IDD aporta seguridad jurídica” a la cristalización de este nuevo entorno. Sin embargo, Elena Jiménez de Andrade, presidenta del Colegio de Mediadores de Seguros, considera que la normativa europea tendría que haber ahondado en una mayor regulación de los operadores tecnológicos. “Esta norma se queda un poco corta y un poco lejos de lo que el cliente necesita”, abunda Jiménez. “Está bien regular los comparadores web, pero podríamos haber ido un poco más allá”.

El abogado de VidaCaixa coincide con el resto de la mesa y añade que “la IDD regula las estructuras que ya existían en España desde hace tiempo, los comparadores, pero no prevé fórmulas nuevas”. En cualquier caso, López cree que las insurtech no son una amenaza porque no pueden sustituir a los agentes ya presentes en el sector. “Tienen una función auxiliar, aunque también disruptiva, pero solo porque ayudan a seguir evolucionando”, afirma. Según el experto, las plataformas tecnológicas ganarán mayor peso con los años, “como ya se ha visto durante la pandemia”, en la distribución directa de los seguros.

Impacto del coronavirus

El virus del Covid-19 ha acelerado la digitalización del sector que ya se adivinaba en el largo plazo. La distribución digital de seguros y por canales no presenciales ha cobrado fuerza desde marzo, aunque el ecosistema empresarial ya estaba preparado para ello desde mucho antes. “La pandemia nos ha hecho conscientes de la importancia de estar en el móvil del cliente para adaptarnos a sus necesidades, eso es positivo”, dice Jiménez.

Merino afirma que el negocio estuvo a la altura de las circunstancias durante los meses más duros de la crisis sanitaria. “El confinamiento nos ha puesto a prueba y ha servido para que el sector implante en tiempo récord la oferta digital que tenía prevista a medio plazo”, indica el asesor de Santander. “El sector asegurador ha hecho un esfuerzo titánico para cubrir los siniestros”, añade.

Sin embargo, a pesar del impulso que ha tomado la digitalización para salvar las restricciones para frenar el virus, el negocio de los seguros se enfrenta a un reto: conseguir adaptarse a un cliente 100% digital en un panorama muy regulado donde se debe cumplir con gran cantidad de requisitos de documentación.

“Hay personas que han perdido miedos y prejuicios, por lo que van a demandar más en el campo digital”, explica López. “El futuro es omnicanal, se podrá hacer todo a través de todos los canales, cuando el cliente prueba el modelo digital es difícil volverle a pedir que llame por teléfono o que transite por canales burocráticos, como ocurría hasta ahora”, explica. Falcón, por su parte, apostilla que “la pandemia nos ha servido para ponernos los primeros de la fila, la experiencia de cliente ahora no está en la oficina, sino en la app o en la web”.

Expectativas pos-Covid

La pandemia ha cambiado la forma en la que el consumidor se relaciona con la compañía y, en algunas ocasiones, ha conseguido que pase de un extremo (totalmente presencial) al otro (100% digital). “Hay que estar preparados para el aluvión de clientes digitales que llegarán ahora y que antes no teníamos”, advierte López. Además, la percepción de la cobertura también ha cambiado. “El consumidor ha entendido lo importante que es comprender bien cuál es el riesgo que cubre el seguro que ha contratado, por eso tenemos que poner en valor el asesoramiento, acompañarlo y darle una cobertura integral, pero no mayor de lo necesario”, aclara el experto de VidaCaixa.

Los productos aseguradores también están evolucionando hacia modelos más modernos, contemporáneos a las tendencias actuales, que están influenciadas por el cambio en la apreciación del riesgo tras la crisis sanitaria. “El Covid nos ha enseñado que estamos más expuestos a lo incierto de lo que nos creíamos, por ello, antes de tomar cualquier decisión nos preocupamos mucho más que antes del seguro que la cubrirá”, comenta Merino. “Nuestra obligación es completar los productos y ampliar la oferta para satisfacer las nuevas necesidades que las relaciones humanas y mercantiles van a demandar tras la experiencia sufrida por la pandemia”, concluye el experto de Santander.

“Adaptarse o morir”, añade Falcón: todo un desafío. Acomodarse a la era pos-Covid en el sector de los seguros supone una dificultad extra por su exigente marco regulatorio. “¿Hasta qué punto la regulación se convierte en un freno para la innovación a la hora de responder de manera ágil a las demandas de los clientes?”, se pregunta Uría. Y Galán contesta: “Hay que ir un paso más allá si queremos unir agilidad y garantizar las exigencias del consumidor”. Según la abogada de KPMG, la IDD no incluye detalles sobre cómo combinar los dos aspectos, por lo que augura que, durante un tiempo, primará la “autorregulación” del sector.

Uno de los pilares para que la fusión entre CaixaBank y Bankia funcione será la evolución del negocio asegurador. La entidad catalana es líder absoluto en España, a través de su filial VidaCaixa, mientras que en Bankia hay mucha menos penetración en la venta de pólizas. En los próximos años, el nuevo grupo espera ingresar 290 millones adicionales por esta vía.

“Va a haber unas potentes sinergias de ingresos gracias a la mayor penetración de seguros entre los clientes de Bankia”, ha explicado Gonzalo Gortázar, que será el consejero delegado de la nueva entidad.

El primer paso que tendrán que dar en este ámbito es romper la alianza que Bankia mantiene con Mapfre, su proveedor de seguros. Para los seguros de vida, tienen una compañía compartida, y el nuevo grupo deberá comprar la participación del 51% de Mapfre. 

"Tendremos que acabar con las alianzas de seguros. Ya está contemplado en el plan estratégico. La aseguradora de referencia del nuevo grupo será VidaCaixa. A la larga, acabaremos teniendo más ingresos", ha apuntado Gortázar. "Nos sentaremos con Mapfre para negociar esa salida. Hay cláusulas específicas en los contratos que contemplan este tipo de situaciones".

Una vez que se complete esa adquisición de la parte de Mapfre, el nuevo grupo ingresará 75 millones de euros adicionales al año. Además, calculan que ingresarán otros 215 millones gracias "a la extensión de la oferta de seguros de ahorro y protección".

"No tengo más que palabras de agradecimiento para Mapfre, porque ha sido un socio leal. Ahora toca negociar para separarnos, pero seguiremos teniendo un trato cercano", ha explicado José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia y futuro presidente de la nueva CaixaBank.

En casi todos los negocios de este ámbito (seguros de vida, planes de pensiones, fondos de inversión...) la cuota de mercado de CaixaBank y la penetración por cliente, es casi el doble que en Bankia.

El doble de cuota

Así, los activos bajo gestión y seguros de ahorro representan el 41% de los recursos de clientes en CaixaBank, mientras que en Bankia es solo el 22%. Las comisiones por fondos de inversión que genera cada empleado de CaixaBank es de 16.600 euros, mientras que en Bankia es solo de 8.400 euros.

"CaixaBank ha demostrado siempre que tiene la mejor maquinaria de venta de productos de ahorro de España y esto es algo que debería acabar permeando a la red de Bankia", explica un gestor de fondos especializado en banca.

En conjunto, CaixaBank tiene una cuota de mercado del 23,1% en productos de ahorro a largo plazo, cuando hace 10 años tenían solo un 13,5%.

En este ámbito, el grupo espera generar unas sinergias de ingresos de ahorros a largo plazo de 135 millones de euros anuales antes de 2025.  Y 80 millones de euros en seguros de protección. 

VidaCaixa, además de ser líder absoluta en seguros de vida, planes de pensiones y planes de empleo para empresas, también es dueña del 49% de SegurCaixa Adeslas, líder en seguros de salud (el resto, está en manos de Mutua Madrileña).

En la presentación a los analistas, Gortázar ha llegado a aventurar que, tras la absorción de Bankia, y con la apuesta decidida por los seguros y el ahorro a largo plazo la nueva CaixaBank "será capaz de duplicar su cuota de mercado en cinco años". 

La alianza entre Mapfre y Abante Asesores va dando sus frutos. Ambas entidades han anunciado hoy que van a lanzar un fondo de infraestructuras gestionado por el gigante australiano Macquarie. La aseguradora aportará 50 millones de euros, y se buscarán otros inversores institucionales y clientes de banca privada, para alcanzar los 200 millones de euros.

El fondo se llamará Mapfre Infraestructuras FCR, y tendrá el formato legal de fondo de capital riesgo. Buscará opciones de inversión por todo el mundo, para crear una cartera "eficiente y diversificada", según explica la aseguradora en un comunicado.

Macquarie es líder mundial en este tipo de inversiones, gestionando activos por más de 126.000 millones de euros.

La inversión en infraestructuras forma parte de lo que se conoce en el sector como inversiones alternativas. Se trata de apuestas por activos al margen de la Bolsa y de los bonos. Incluye también la inversión en inmuebles (oficinas, centros comerciales...), la inversión en compañías no cotizadas (fondos de capital riesgo), la deuda corporativa privada... Tras seis años de bajos tipos de interés, por las políticas de los bancos centrales, los inversores buscan en los activos alternativos una fórmula para lograr algo de rentabilidad adicional y descorrelacionar las carteras respecto a los mercados financieros.

Mapfre y Abante trabajarán junto con Macquarie en la selección de las inversiones más adecuadas dentro del universo de estrategias que tiene en la actualidad la gestora australiana, que incluyen desde energías renovables y transporte a comunicaciones, servicios públicos o gestión de residuos. Además, los dos socios podrán formar parte de los comités de supervisión de los fondos de Macquarie.

“Mapfre Infraestructuras FCR ofrece una oportunidad única para el inversor institucional, que podrá acceder a un tipo de activo muy interesante con predictibilidad en los flujos de caja y que presenta baja correlación con otros activos cotizados. Y lo hará con la entidad líder a nivel mundial en un sector, el de las infraestructuras, que requiere una alta especialización”, apunta Joaquín Casasús, director general de Abante Asesores Gestión.

Se cumple ahora el primer aniversario de la alianza estratégica entre Mapfre y Abante para crear una gran plataforma de asesoramiento financiero y distribución de productos, incluyendo el desarrollo conjunto de productos alternativos con proveedores líderes de cada industria.

El acuerdo entre estas dos firmas se concretó con una entrada de Mapfre en el capital de Abante. Y con el compromiso de esta entidad (especializada en el asesoramiento financiero) de vender entre sus clientes seguros de Mapfre.

dcm Asesores de Seguros
|
Todos los derechos reservados
|
Política de Privacidad
|
Protección de Datos
|
Política de Cookies
linkedin facebook pinterest youtube rss twitter instagram facebook-blank rss-blank linkedin-blank pinterest youtube twitter instagram